lunes, noviembre 10, 2008

CRONICA DE MORAL

Domingo 9-11-2008
Con una ligera brisa de levante, las figuras van distinguiéndose entre la incipiente niebla, con destino a su punto de encuentro, para una vez más, asistir a la reunión dominical de bikers organizada por los compañeros de una localidad manchega, a los pies de la Sierra de Peñalba, y que insisten desde hace 3 años ya, en llamar “Peñalba al Límite”, se trata de una población enclavada en el Campo de Calatrava, que pertenece a la Orden del mismo nombre, bañada por el río Jabalón, y que disfruta de unas vistas maravillosas, para todos aquellos que hemos disfrutado del paisaje que ofrece la ascensión a sus sierras. Es decir, hoy vamos a compartir el día con nuestros amigos, en la Ruta que organiza el Club Moraleño, así que nos vamos para Moral de Calatrava.
La organización resulta casi perfecta, son las 7 y media aún no hemos salido, y eso que habíamos quedado hace media hora, pero mira, al menos ya sabemos que siempre nos entretenemos más de la cuenta y por eso quedamos con tiempo. En fin, esta vez, todo está clarito, los coches preparados, las inscripciones hechas desde el miércoles pasado, así que una vez acoplados cada uno en su sitio, no queda más que iniciar “carretera y manta”. La niebla se va levantando según avanza el sol en su recorrido cotidiano y nos ilumina con sus rayos (¡uy! qué cursi me ha salido esto). El caso es que el viaje transcurre sin incidentes, recordando nuestra primera visita a esta localidad, que para todos tiene un grato recuerdo, ya que fue nuestra primera asistencia a una ruta cicloturista como Club, y el descubrimiento de las sierras y montes que existen en esa zona. Pues bien, llegamos al Parque de San Roque, donde ya está liada la organización atendiendo a todos los participantes, aparcamos, preparamos las bicicletas, y recogemos los dorsales, de lujo, todos juntitos en un sobre con el nombre puesto, ¡qué organizados!. El caso es que contra todo pronostico, no sólo hemos llegado bien de tiempo, sino que nos da tiempo, tanto a saludar a los amigos de otras localidades, como a hacernos la foto oficial del grupo antes de salir, vaya, qué cambio, si no parecemos nosotros.

Foto oficial del grupo
Saludamos a Los Abrojos, que vienen “a mogollón” (claro, como viven aquí al lado), por mi parte me dirijo a saludar a Andrés “Balanegra”, al cual le tengo que pedir que nos preste la bomba para hinchar una rueda para Javi, que la lleva floja (la rueda); saludo a Meme del Club “El Altillo” de Rivas Vaciamadrid, una compañera del foromtb, que se han pegado el palizón de levantarse a las 4 de la mañana para venir hasta aquí...

La salida con los abrojos por delante...¡cómo no vamos a pinchar!
Juanjo y Caravagio diciendo tonterías a la cámara
A la hora prevista según la organización, se produce la salida por las calles de la población dirigiéndonos hacia el sur, según el plano, el primer tramo será tranquilo sin cambios de nivel elevados, disfrutando del paisaje, los amigos, el día, los charcos, el barro, los pinchazos, etc. O sea, lo normal en una mañana de mtb.

Los hermanos Lizcano, siempre al frente del pelotón...
Por mi parte, voy saludando a todos los que me voy encontrando, a Bienvenido y Juan de Bikesol, a Marivi y Vicente de Membribike que han venido con su séquito, alcanzo a Yolanda e Isidoro de Cascoloko, en fin, que da gusto ir saludando a los amigos, y que la ruta se presta a ello, puesto que el comienzo es por caminos muy amplios, con buen firme, todo llanito, y la sorpresa de los charcos, que de vez en cuando producen parones en el pelotón, pues bien, esto va de cine, abandonamos Moral bordeando lo que llaman la Laguna de Salobra, seguimos durante unos kilómetros rodeados de viñas, olivas y charcos,

Senditas en fila de a 2 muy divertidas

Comienzos tranquilos...

Javi "el pequeño saltamontes" del mountain bike

Tramo controlado, pero aquí nadie se duerme...
hacemos un pequeño zigzag, comparto conversación con Lorenzo de Membribike, entre otras cosas, sobre llevar un mp3 con música para disfrutar a tope de la bici, cruzamos zonas totalmente embarradas en las que hay que poner pie a tierra, so pena de quedar rebozado como un boquerón, todo va fenomenal, oye esto es inaudito, 20 kilómetros y sin incidentes, bueno casi sin incidentes, mi cuentakilómetros decidió tomarse unas vacaciones en la salida y ha empezado a funcionar cuando le ha dado la gana, esto de las máquinas inteligentes es un poco fastidioso, bueno, a lo que íbamos, que todo era tan bucólico, tan idílico, que si un frenazo, que si una piedra, que si charco aquí, charco allá, hasta que oliendo que el avituallamiento estaba cerca, la cosa se pone más tensa y se anima el cotarro, unas subiditas para calentar y un aumento en la velocidad del pelotón hace que me lance a tumba abierta en un repecho, comparto tramo con un compañero de Daganzo, ¿y direis: “donde narices está Daganzo”? Pues eso mismo pensé yo, y luego resulta que están en la Comarca del Henares, en Madrid, el caso es que me llamó la atención que estos son como nosotros, tienen un patrocinador que es un Asador, je, je, que tragones.

Empiezan los tramos interesantes del recorrido

Paso embarrado... pie a tierra

Observese a la "morenaza" en primer plano...
Pues en esas estábamos tan felices, cuando nos íbamos adentrando en la niebla que se extendía a lo lejos, ya digo, día perfecto, sol en lo alto, buena temperatura, la niebla al fondo que hace aún más bonito el paisaje, y le da un toque fantasmagórico, qué emoción, a lo lejos de fondo, ¡se oye la música de Rocky Balboa!, ¡esto es de cine!, cuando de pronto, en un charquito con más piedras de las previstas, oigo, ¡tchan! Miro para abajo, y ¡vaya por Dios!, pinchazo en la rueda de atrás, está claro que no puede haber sido un abrojo, los del campo están todos mojados, y los de bolaños vienen detrás mía, así que ha tenido que ser un llantazo, en fin, que me aparto, y me dispongo a cambiar la rueda, justo en ese momento, se para otra compañera que también ha pinchado, en su caso, le ayuda el novio para cambiar la rueda (¡qué bonito es el amor!), a mí, me ayudan los míos, que para eso estamos, Juanjo, Ignacio, J. Andrés, Julian, y el cachondo de Clemente, que no puede evitar hacer unas cuantas fotos de mi pinchazo, ¡joder! Si es que no nos libramos en ninguna ruta, siempre pasa algo, pero bueno, esta vez, la primera cámara que cambiamos es la buena, el del Quad de la organización nos deja la bomba de aire, pero no funciona (y eso que es nueva), así que toca tirar de bombín e inflarla a brazo y salimos pitando, descubrimos los efectos especiales que tenían preparados, es decir, al cruzar el arroyo, con agua a mansalva, los pies chorreando claro, que a pesar de intentar cruzar sin dar la pedalada completa, quieras que no, pues te salpica y acabas mojado, pues decía, que a lo alto del arroyo, se encuentran los de la organización haciendo fotos y uno de ellos sujeta un móvil con un megáfono con la famosa Banda Sonora de Rocky, je, je, qué apropiado.

Los Gigantes adentrandose en la niebla...
En la primera curva me doy cuenta que no puse el freno de atrás, pero bueno como los de la organización nos animan diciendo que queda un kilómetro para el avituallamiento, ya lo pondré cuando paremos, así que decidimos ir a muerte, porque siempre nos quedamos sin comida con esto de pinchar un día sí y otro también, aprovecho para hacer otra foto con la niebla al fondo y los gigantes puestos en formación de ataque, y despegamos en pos del avituallamiento, me pongo en cabeza, oigo tras de mí, a J. Andrés que dice no se qué de 900 vatios, y al tomar una curva aparece ante mí, el mayor charco de todo el día, un charco enorme, el charco padre, una piscina, vamos. Sólo me da tiempo decir: “Charcoooooo”. Y ¡¡¡SPLASH!!!, la rueda de delante se desliza con el barro, y la bici a un lado y yo...al agua, me acerco nadando al borde del charco, y tras coger impulso en el fondo, salgo de él, todo empapado, embarrado y preocupado, pero no por mí, no, lo primero que hago es, mirar el GPS que llevaba en la muñeca, sigue funcionando, bien; me abro la chaqueta y compruebo la cámara de fotos, aún se enciende, bien; miro mi mp3 que llevaba en el bolsillo de atrás, también funciona, bueno, pues entonces, no ha pasado nada grave, tengo un pequeño arañazo en un dedo, pero eso es lo de menos, eso se cura y no cuesta dinero. Así que me vuelvo a subir a mi burra, pero esta vez la diferencia es que vamos chorreando, ella y yo, y a 200 metros todos moviendo el bigote en el avituallamiento, me curan el dedo, y a comer, ahora llevo la ropa de tres colores, amarilla, negra .... y marrón, no sé quien, pero me dicen la ocurrencia del día...”te pareces al barón Ashler de Mazinger Z, tienes 2 perfiles distintos”, jeje, ten amigos para esto, claro, yo también me parto el pecho cuando me lo dice porque es verdad, perfil izquierdo, color marrón, perfil derecho, negro y amarillo. En fin, que las ocurrencias que ocasiona mi caida son de lo más entretenidas, “mira que te hemos dicho que las duchas están al final”, “que esto no es un triatlón”, “vas secando los charcos” y otras que no recuerdo, tan ocurrentes o más.
Fin del avituallamiento, aquí dan 2 opciones para aquellos que no están muy fuertes, dejan la opción de ir por un tramo más corto, puesto que por el tramo oficial, vamos a subir lo que ellos llaman “El Pucherín”, que supongo que no será una cuesta muy grande, porque sino sería El Pucherón (digo yo).

Nos dirijimos a la parte divertida de la ruta

El pelotón se estira...

Ignacio, el "machacabielas" del mtb manchego

Juanchu y Jose Andrés, los "buhos" del pelotón...
En fin, nosotros no, nosotros a lo grande, por el tramo largo, sino ¿para qué hemos venido? A conocer mundo, y empezamos de primeras llaneando, seguimos embarrados, pie a tierra, alguna caida que otra por dicha circunstancia, y de pronto, en la lejanía, se vislumbra a nuestra derecha una sierrecita la mar de coqueta, que mira tú por donde, el tío del quad que va delante, se mete en ella, oye, pues nada, si esto es así, todos detrás del quad, por aquí el paisaje cambia, dejamos las viñas y olivos, para adentrarnos en una zona con monte bajo, típicas encinas, y arbustos propios de la zona, nos saludan los dueños de unas fincas próximas por las que pasamos, qué emoción, con sus banderitas y todo, esto es hacer afición y lo demás tonterías (luego le preguntaré a Andrés que cuanto les ha tenido que pagar).

Pero qué bonitos estaban los caminos con el agua...

Ignacio por las cimas de El Pucherín

La afición local...
Así que después de subir el famoso pucherín, nos dirigimos hacia Moral, en la bajada ya esto se convierte en un “sálvese quien pueda”, porque a pesar de ser un tramo controlado se desatan las hostilidades y tenemos 9 kilómetros para rodar a tope, cruzamos el río Jabalón por un puente y en un pequeño repecho, me encuentro a Julián, está parado, la bici ha dicho basta y ha partido el cambio ¡qué bestia!, el caso es que no le queda más remedio que emular a Juanchu en Membrilla, es decir, subirse al coche y dar por terminada su ruta, porque aquí no hay arreglo posible. Me pego a unos membribike y nos ponemos a tirar para ir cogiendo terreno, pero como a todos les ocurre algo, uno de ellos rompe la cadena y me dejan solo, así que poco a poco voy pillando gente, entre ellos a Ignacio, que ya no lo abandono y tiramos los 2 a saco, alguno se nos sube al tren, hasta llegar a Moral donde nos espera el segundo avituallamiento.

Vaya estreno que le dí a la chaqueta...

Foto del grupo antes del tramo libre (falta Julián que venía hecho un señor en coche)
Aquí, descansamos un poco y nos informan que hay como en casi todos los sitios, un recorrido alternativo para aquellos que no quieren disputar el tramo libre, nos quedamos Ignacio, Jose Andrés, Javi, Juanchu, Juanjo, y yo, los demás se irán por el alternativo, y Julián irá rumbo a la linea de meta directamente. Pues bien, después de un ratito, se da la salida a los galgos que hasta ese momento estaban con la correa puesta, parece mentira, salimos con un camino amplio pero con cierta pendiente ascendiente y los tíos salen como si fueran cuesta abajo, qué barbaridad, qué ansia por llegar el primero, nosotros por nuestra parte nos quedamos más tranquilos y subiendo a nuestro ritmo, Juanchu, J. Andrés y Javi por su parte van a un ritmo más vivo y nos dejan enseguida, y detrás nos quedamos Juanjo, Ignacio y yo. Me enchufo los auriculares de mi mp3, y le doy caña al volumen, en ese momento, llevo puesto Extremoduro, que me sirve de compañía en las primeras rampas, aquí como viene siendo habitual las cuestas son de aupa, la sierra que vamos a cruzar es una vieja conocida de otros años, así que conviene no emocionarse y reservarse fuerzas, que no sabemos como será el final, llegamos al punto donde aparece una verja que da comienzo a la entrada de la finca privada que vamos a atravesar, Juanjo sigue a su ritmo implacable, y poco a poco me cuesta trabajo seguirlo, levanto un poco la mirada y veo que tras cruzar un arroyo hay a la derecha una zona para recuperar ya que bordea la cima de la sierra, en ese momento me adelanta Ignacio, que también sigue a su ritmo (claro, aquí cada uno va como puede), adelanto a la compañera de Sonseca que va bien protegida por un par de compañeros, por mis oidos entran a tope los acordes del Highway Star de los Purple, y me animo un poquito, pero el camino vuelve a girar a la izquierda y aparece ante mis ojos una cuesta de padre y muy señor mío, en fin, que quito desarrollo y me adecuo a la pendiente, es decir, pasito a pasito voy subiendo, Ignacio se distancia, Juanjo ya lo veo en la lejanía, y ni que decir tiene que al trío calavera los perdí de vista en las primeras rampas, aún así, me mantengo en la bici, no hace falta poner pie a tierra, aunque algún compañero no piensa igual y recorre el tramo de subida fuerte haciendo empujing, ¡Jesús! Cuando termina la pendiente fuerte y se gira de nuevo hacia la izquierda, veo que aún queda por subir otro tramo parecido, sino tan fuerte, sí mas largo, y ya la música no sirve para aumentar la fuerza de mis piernas, decido beber un poco, y sigo subiendo, cuando de repente, voces a mi espalda…. José María, que como un poseso, va diciendo: “venga arriba los gigantes” y me pasa como una exhalación, luego después me entero que los del tramo alternativo comparten una pequeña parte del recorrido con nosotros, pero más corta, el caso es que eso me anima y lo sigo durante un rato, hasta que el camino vuelve a girar a la derecha, esta vez oigo de fondo las voces que anuncian el comienzo de Inmigrant Song, de Zeppelín, y ¡buf! Me da un subidón de adrenalina que hace que intente llevar el ritmo de la pedalada con el rif de guitarra que suena, así consigo acercarme a Ignacio y a un par de miembros del Altillo, que van delante, a estas alturas ya hace rato que me adelantó la chica que luego sería la ganadora de las féminas; en fin, que seguimos por un terreno más llevadero, la mala suerte hace que mi cuentakilómetros que me dio guerra en la salida, decide por su cuenta cuando tiene que funcionar y cuando no, así que no tengo ni idea de los kilómetros que llevamos ni los que nos quedan, sé que aproximadamente son 15, pero claro, por cuestas así, y con tanta curva, no soy capaz de controlar la distancia, mi única referencia son los compañeros que voy viendo delante y a Ignacio, que por todos los medios intento no perderlo de vista, así que sin otro objetivo que no desfallecer voy animandome poco a poco, parece que no, pero esto del mp3 es un invento, me anima, me da fuerzas, cuando cambia el ritmo en la canción, me ayuda para intentar cambiarlo yo, así que metido en mi mundo, llegamos a un cruce con una carretera asfaltada y nos dicen que a la derecha y empezamos una cuesta abajo, ¡yeahhhh! Aquí está uno de los momentos que agradezco al Sr. Newton lo de la Ley de la Gravedad, me lanzo a tumba abierta, me despego de mis compañeros de subidas y pillo a unos cuantos que bajan con precaución, pienso: “esto está hecho”, a Ignacio lo tengo a tiro de piedra, pero ¡paff!, tropezón con la cruda realidad, los organizadores han decidido que en lo mejor de la bajada se abandone el tramo asfaltado y giremos a la izquierda para subir por otra rampa, que maldita la gracia que tiene, me deja clavado, aquí ya pueden sonar los auriculares a tope, que tengo que quitar todo el desarrollo, plato pequeño, piñón grande, y molinillo que te crió, nada, así no hay quien recupere posiciones, Ignacio se aleja definitivamente, pierdo toda esperanza de darle alcance, y me mantengo a mi ritmo, bueno, al menos, ahora suenan los Queen, y puedo ir tarareando…"One soul, one heart…One Mision….just one solution…." y se hace mas agradable el sufrimiento, el pulsómetro me marca 165, no está mal, aún no estoy en las puertas de la muerte, mi corazón aguanta un tirón más, así que acelero, bajo piñones y me pongo de pie para coger brio, termino de subir para empezar unos pequeños repechos sube y baja, en uno de ellos me adelanta Caravallo de los Abrojos, “creía que hoy no te pillaba” me dice el colega, y pienso, pues hombre, entonces no voy tan mal, si me ha pillado ahora que casi estamos llegando y sube mejor que yo… así que entre unas cosas y otras llegamos al último giro a la izquierda, donde está la madre de todas las cuestas, no sé si será por lo que llevamos ya en las piernas, o porque es así de grande la puñetera, pero miro para arriba y se me hace interminable, y lo que es peor, a la derecha los de la organización han puesto un cartel que pone: “Animo, últimos 500 metros”, y me pregunto: ¿será verdad o lo han puesto de coña?, y como encima la cuesta termina en curva, pues que no veo si termina o no, el caso es que mis fuerzas y ni ánimo están ya para el arrastre, en esos últimos metros me adelantan unos cuantos, pero yo no soy orgulloso y me dejo pasar tranquilamente, así, hasta que efectivamente una vez tomada la curva a la derecha, aparece un tipo con un megáfono diciendo…”el 094”, y me digo, ¡vaya! Pues parece que sí, que hemos terminado, al fin.
Reunión con los amigos, visita al Sr. Roca en el campo, y como por parte de la organización ya se ha acabado, todos juntitos de vuelta a Moral, donde nos espera el banquete final, que esta ruta ya se ha acabado. Descendemos por el tramo asfaltado, esta vez sí, esta vez terminamos completamente la cuesta que antes se cortaba para girar a la izquierda, y después de un pequeño repecho que casi se sube con el impulso de la bajada, llegamos al parque de Moral, donde nos espera Julián con los brazos abiertos y una cervecita en la mano.

Perolazo de migas, ideal para terminar la ruta

Juanchu y Javi, para no quedarse sin probar las migas
Siguiendo instrucciones de los organizadores, antes será la comida, la entrega de premios y después la ducha (el que quiera, claro). El caso es que nos ponemos de migas, caldereta, albóndigas, langostinos, tocinito blanco, chorizo, queso, jamón, cogollos con anchoas y salmón, buf, si me estoy hinchando sólo de recordar….todo ello regado con cervecita y refrescos… bueno, sí agua también había, pero menos. Y de postre, pasteles y bocaditos de nata…qué barbaridad, ¡si esto parece una boda!.

Brindis por el Club

El sprint final que ya queda poco...
Pues nada, después de todo esto, fotos y risas con los amigos, entrega de trofeos variados, club más lejano, Daganzo, club más numeroso, Almagro, participante más veterano, Alfonso de Membribike, los 3 ganadores y las 3 ganadoras, y … premio sorpresa: al mayor peso específico del pelotón, dorsal 094, ¡anda! ¡Pero si soy yo!, y allá que voy al estrado a recoger mi premio, besitos de protocolo a la concejala de deportes, fotos para la prensa, y por supuesto, risas y bromas por doquier. Pero mira, al menos no nos venimos de vacío, jeje.

Los Membribike, muchos, bien avenidos y encima ganan premios...

Los Altillo de Rivas... que comen tanto como nosotros... o más

Los Abrojos y Cascolokos compartiendo mesa...

El presi dándole dos besos a la concejala de Moral...
Va por vosotros...

El presi con su trofeo...

Podium Femenino

Podium Masculino
En fin, que un año más, la ruta de moral la hemos cerrado con un sobresaliente, nos lo hemos pasado de escándalo, ha sido una mañana de puro mountain bike y hemos disfrutados como guarros en una charca (yo literalmente) y si no pasa nada en la IV edición también estaremos, por mi parte, después de una semana mi bici sigue soltando barro.

Julián que aún no se creía lo que había pasado

Así dejó el cambio, hecho unos zorros

Así quedó mi bici....¡pobrecilla!... ¡pero mira que me ha salido buena!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hubiera ido yo,pues Julian hubiera podido acabar la ruta puesto que le hubiera reparado en un pispas su burra.
Otra cosa presi,creo que "volaste"de maravilla`por entre los barrizales y el señor que vende pitos parece ser que quería hecharse a la siestecita antes de tiempo.¡Si es que no os puedo dejar solos!
Pdta.Julian ya puedes ir pidiendo una nueva a los Reyes Magos.
Fdo.B.E.

Unknown dijo...

Sí, señor, te han informado bien, en plena ruta efectué un mini aquatlón, me pegué un piscinazo de aupa, pero me levanté enseguida con la agilidad felina que me carateriza, jejeje.
Lástima que no haya quedado constancia gráfica del momento...

Anónimo dijo...

Hola presi, soy david de madridejos, todavia no he coincidido con vosotros en ninguna ruta y ya se os echa de menos. vamos a organizar carlos y yo una ruta para los foreros que quieran de foromtb y vosotros no podeis faltar. En principio sera para el 14 de diciembre, pero ya se vera. nos vemos y cuidaos

Andrés dijo...

Manuel eres una maquina no solo con la bici sino también con las crónicas, me ha gustado mucho te pongo un enlace

Saludos

Anónimo dijo...

Presi, 1º como siempre cojonuda la cronica. Y 2º Se agradece poder leer las cronicas de las rutas porque por lo menos uno se hace la idea de como han sido y lo que yo hubiera disfrutado estando en ellas. Se que paso mucha envidia despues de llevar en el dique seco ya 1 mes y lo que me quede, pero siempre es bueno pensar que ya solo me queda un mes menos para poder volver a disfrutar de mi "Burra" y mis rutitas con los "amiguetes". Mientras tanto seguire leyendo las cronicas y pasando envidia, sana, pero al fin y al cabo envidia. Seguir disfrutando que dentro de unos meses disfrutaremos todos juntos. The Brother