Bueno, pues al final, optamos por la segunda alternativa, es decir, nos fuimos para Puerto Lápice con la furgo, y desde allí iniciamos el periplo por los Montes de Toledo, en su vertiente más tranquila, salimos como siempre por la Calle de la Sierra (tampoco se calentaron la cabeza con el nombre), y después de cruzar la finca Don Luis, llegamos a la Fuente Umbrión, subimos y bajamos por la Sierra Luenga hasta que nos encontramos con el cruce del carreterín que lleva a Urda, ascendimos hasta la antena que hay a pie de carretera, y valorando fuerzas y tiempo, decidimos no llegar a Urda y volvernos por dónde habíamos venido, así que foto de recuerdo y con el trabajo que costó subir el pequeño puerto, lo bajamos en un plis plas y vuelta para casita, la verdad es que salió una mañana redonda, el tiempo atmosférico nos acompañó, un poco sol, un poco nublado, temperatura agradable, los caminos estaban perfectos, y además tuvimos la gran suerte de ver un ciervo/venado, o como se llame, que nos miraba con cara de incrédulo, pensando : "están locos estos humanos", y además de ir acompañados durante bastante tiempo de los mugidos que emiten estos animales, que hay que recordar que estamos en plena "berrea", en un sembrado que se quedaba a la derecha, pudimos observar e incluso acongojarnos un poco, con una gran bandada de buitres, sí, sí, buitres, que estaban pasando el domingo por esos barrios, cuando digo gran bandada, es que era así, porque sin exagerar nada, es fácil que hubiera 40 ó 50 de esos animalillos tan graciosos, que cuando están en el zoo, o los ves por los aires no asustan, pero cuando estan todos juntos en el suelo y de pronto levantan el vuelo, y los ves tan cerca y con la envergadura que tienen, piensas: "como venga uno me lleva con bici y todo".
lunes, septiembre 28, 2009
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