viernes, diciembre 29, 2006

"Ruta de la Solana" EPISODIO II

Nos paramos unos cuantos, Felipe, Felipe Jr., Juanjo, Juanchu, Evelio, Javi, José Andrés, Yo, y…… Esteban, qué suerte, justo el día que estrena sus ruedas Tubeless, que no se pinchan casi nunca, mira por donde, hoy sí ha pinchado, pero no solo eso, es que tiene un corte la cubierta que parece que lo hayan hecho adrede.

En fin, tiramos de repuesto, y la organización se queda con nosotros para que no haya ningún problema, de los nuestros tiran, Evelio, Javi y Felipe hasta pillar al pelotón, y nos quedamos el resto para que no se haga tan dura la remontada, así que una vez arreglado el pinchazo, nos ponemos a tirar como bestias pardas para llegar cuanto antes al grupo, pero claro, ahora es cuando se gira a la derecha y el camino se empieza a poner durito, dejamos el pueblo de La Alhambra a la izquierda y empezamos a subir por la sierra que ibamos rodeando, ahora ya no hay salvación, hay que subirla y punto.
Tras unos cuantos Kilómetros de desesperación, (pinchazo en el Km. 20), vamos pillando a los más rezagados, que si me han llamado por telefono, que si estoy esperando, etc.,etc., total, excusas baratas de los que se quedan detrás, así que alrededor del Km. 26 el camino fantástico que traíamos se convierte en una sendita en la ladera de la sierra, y esta a su vez, se empieza a estrechar y a empinar, hasta convertirse en un montón de piedras sueltas, pasamos por parajes dignos de disfrutar, tomillos, romeros, olivos silvestres, monte bajo, y de vez en cuando, un ciclista rezagado. Cuando parecía que ibamos a seguir por este terreno, se gira hacia la izquierda y ahí si que ya no hay vuelta atrás, se afronta la subida a la sierra por el tramo corto y más duro, mucha piedra suelta y una pendiente de vértigo, que hace que alguno se tenga que bajar y poner pie a tierra (de los nuestros ninguno, que conste), y una vez arriba comienza un continuo sube y baja por un sendero que va rodeando la sierrecita por su lado más septentrional, hasta que comienza el descenso, que en este caso, es tan duro o más que la subida, puesto que el riesgo de caidas es alto, y de hecho, hubo varios accidentados, pues bien, lo que no consiguió la subida, lo consiguió la bajada (pie a tierra) debido tanto al terreno, como al cuidado de no llevarnos por delante algunos de los que se habían caído. La organización me informó más adelante, que este tramo tan peligroso lo tuvieron que improvisar, debido a que el tramo más suave pasaba por el centro de una finca privada y les habían cortado el paso en el último momento, porque estaban de caza.
En fín, que librando esta dificultad, pasamos a un camino en condiciones, tanto de firme, como de perfil, y ahí que nos ponemos de nuevo a tirar, cuando ya se ve a lo lejos el resto del grupo, estando a un par de kms. de distancia, y cuando casi dabamos cuenta de ellos, PSSSSSSSS! ¡PSSSSSSSS!...... otra vez, ¡será posible! ……. Y esta vez, el premio me ha tocado a mí, ¡cachisdiez!, vemos que no ha perdido mucho la rueda, y los de la organización nos dicen que sólo faltan 5 Kms. Para el segundo avituallamiento, así que, le doy aire solamente sin cambiar la cámara a ver si aguanta, y seguimos tirando, pero nada, al poco tiempo, se queda sin aire y tengo que cambiarla, en ese momento, la labor de equipo ya ha perecido, debido entre otras cosas a las velocidades que cogíamos en los descensos, y que nos distanciabamos para evitar caidas y otros sustos, resumiendo, que me toca cambiar la cámara ayudado por gente de la organización(gracias Juan), y se quedan a mi espera José Andrés y Juanchu, a pesar de todo, no cerramos el grupo, aún queda gente por detrás de nosotros.
Una vez arreglado el pinchazo, continuamos por un camino que pica hacia abajo, lo que hace que vayamos bastante deprisa y con firme irregular y muchas curvas, hasta que el camino se sitúa paralelo al Pantano de Vallehermoso que abastece La Solana, La Alambra, Carrizosa y San Carlos del Valle, tras unos cuantos kilómetros (quedaban más de 5) llegamos al avituallamiento, que está justo en la cabecera del citado embalse, allí, comemos y bebemos de lo que nos ofrecen, y una vez reagrupados nos indican que hay que cruzar una carretera, y que después de ello, comienza un tramo libre de unos 15 Kms. hasta que paremos de nuevo, ya en las afueras de La Solana, para entrar todos agrupados, así que con el bocado aún en la boca, nos ponemos de nuevo en marcha, con el ánimo más levantado, ¡ya está bien!, por una vez, vamos en cabeza de carrera y no con la lengua de fuera para pillar a los demás, así que cruzamos la carretera y seguimos por el centro de una finca privada con unos perros que parecían caballos (menos mal que estaban atados), y como era de esperar, se abre la veda, ¡tonto el último! Y ¡salvese quien pueda!, allí todo el mundo a tirar como si acabaramos de empezar, cuando ya llevabamos 40 Kms. en las piernas, el pelotón que se empieza a estirar, aquí ya ni se distinguen donde están los de tu equipo, y ni se sabe quien viene detrás o delante, a meter trapo y a correr como descosidos, pero….. mira por donde, PSSSSSSSS! ¡PSSSSSSSS!, OTRA VEZ, OTRO P*** PINCHAZO, ¿ES QUE NO HAY OTRO?, vaya día que llevo, y ya no me queda cámara de repuesto, me aparto como puedo sin poner en peligro mi integridad (ya he dicho que ibamos como locos) ni la de los que me pasan como flechas, y aquí búscate la vida, cualquiera le dice a alguno de estos que pare (he de reconocer que Felipe Jr. sí me preguntó, pero le dije que no parase), menos mal que por allí pasaba (de nuevo) el amigo Juan de BikeSol, y el todo terreno de la organización para echarme una mano (de nuevo), claro a estas alturas, ahora sí, yo era el último, ya nadie quedaba por detrás, y ¡hala! a arreglar otro pinchazo, ¡qué día, por Dios, qué día!, pero bueno, una vez que ya iba el último, para qué correr, pues fuimos dando un paseo tranquila y apaciblemente, contándonos nuestras batallitas con la bici, así hasta que tuvimos que cruzar un río, que en condiciones normales, estaría seco, pero mira por donde, con la lluvia de los últimos días, llevaba agua y todo (no sé si lo sabeis, pero es que los ríos, en algunas partes llevan agua, aunque por nuestra zona sea difícil de comprobar), y encima de la orilla del río, se encuentra un cámara de televisión (supongo que local), para inmortalizar dicho paso, pues bien, mi querido amigo Juan, tuvo la triste idea de probar el agua bajándose de la bici de manera poco ortodoxa (que se cayó, vamos) con el consiguiente jolgorio y cachondeo del resto de organizadores que nos acompañaban, claro, ante tal circunstancia, yo pasé con sumo cuidado, que no tenía ganas de bañarme con la ropa puesta, y una vez que hicimos el vadeo, empezamos a subir el ritmo para que no tuvieran que esperar mucho los del grupo.


Qué digo esperar, imagino que los primeros sí lo hicieron, pero el resto, parecía el rosario de la aurora, fuimos cogiendo a todos los que se iban quedando por el camino, que era ancho, de buen firme, muy recto, pero que estaba un pelín inclinado, ofrecía una estampa de ciclistas arrastrándose por el camino, la mar de colorida, en fin, así hasta que alcancé al resto del grupo, con la imagen del perfil de La Solana al fondo.
Ahí empezaron las preguntitas, ¿qué te ha pasado? ¿Dónde te has metido? ¿te has perdido?, pues nada, que ten amigos para esto, encima de dejarme tirado, risas y chistes a mi costa, ¡¡uff!! qué dura es la vida del cicloturista.


Visto lo cual, y ya reagrupados de nuevo, iniciamos la entrada a La Solana por la carretera y volvimos por las calles que habíamos recorrido en sentido contrario cuatro horas antes, cuando comenzamos, hasta que llegamos triunfantes a la Plaza Mayor que fue nuestro punto de partida.
A pesar de haber sido una ruta muy movidita, tuvimos un balance positivo, 4 pinchazos, 0 caidas y ningún abandono, una vez que nos recuperamos y nos quitamos el barro, fuimos a comer al Restaurante San Jorge (buena comida, pero algo lentos), por gentileza de la organización, Club de MTB BIKE-SOL que, junto con otros regalos que nos dieron, se portaron estupendamente, y desde aquí, queremos agradecerles el esfuerzo, que sabemos lleva organizar una ruta, y la profesionalidad y el compañerismo que mostraron con todos los participantes, y eso, a pesar, de que esta vez no nos llevamos trofeo alguno, puesto que el Club más numeroso fue “Los In… de Bailén” con 25 participantes, y el trofeo al más veterano correspondió a un participante de Tomelloso con 63 añitos, pero de todas maneras, disfrutamos como enanos, tanto del paisaje, como del día, de los compañeros, y por supuesto, de la bici.

Con esta ruta, dimos por finalizada la temporada, en lo que a rutas cicloturistas se refiere durante el 2006, esperando que el 2007, venga bien, en cuanto a tiempo, fechas, rutas, y por supuesto, ilusión y ganas para poder organizar nuestra II Ruta Tierra de Gigantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vale, que quede constancia, que en mi segundo pinchazo, también se quedó Esteban a esperarme, no sólo J.Andrés y Juanchu.